viernes, 19 de abril de 2024

Bajo la lluvia ajena (notas al pie de una derrota)

Es difícil reconstruir lo que pasó, la verdad de la memoria lucha contra la memoria de la verdad. Han pasado años, los muertos y los odios se amontonan, el exilio es una vaca que puede dar leche envenenada, al menos algunos parecen alimentados así.


En la colonia exiliar argentina predomina la apatía política y de otro tipo. Se trabaja o no, se estudia o no, se aprende el idioma del país en que se está o no, se reconstruye la vida o no. Las mujeres pasan como ríos, se las quiere o no, se las conserva o no.

La necesidad de autodestruirse y la necesidad de sobrevivir pelean entre sí como dos hermanos vueltos locos. Guardamos la ropita en el ropero, pero no hemos deshecho las valijas del alma. Pasa el tiempo y la manera de negar el destierro es negar el país donde se está, negar a su gente, su idioma, rechazarlos como testigos concretos de una mutilación: la tierra nuestra está lejana, qué saben estos gringos de sus voces, sus pájaros, sus duelos, sus tormentas.

Son muy distintos a nosotros. No se preocupan verdaderamente de nosotros. No sufren la injusticia que nos pasó a nosotros. Los más solidarios tienen como vergüenza por nosotros. Es un problema de ellos, pero nos afecta a nosotros. Como si el diálogo entre extranjeros sobre algo aparentemente comprensible —el dolor de los unos— viniera envuelto por parte de los otros en pudores, candores, paternalismos, usos.

No nos vamos a poner de acuerdo nunca. Y seremos muchas veces injustos, tomando la humildad por soberbia, la reserva por falta de compromiso, la voluntad de no herir por la voluntad de no saber.

Así estamos de enfermos. Buscaremos compromisos con el Museo del Prado, con Santa María Maggiore, la Place de la Contrescarpe, el Paseo de la Reforma, las escaleras mecánicas de Caracas, el Hyde Park de Londres. Son compromisos de idiota y duran una idiotez. La maravilla pasa, el dolor queda. Como el fuego del alma, queda.

Queda.

¿Acaso el cielo no es el mismo? El cielo no es el mismo. ¿Dónde estará la Cruz del Sur sino en el sur? ¿No es el mismo sol? No: ¿acaso ilumina a Buenos Aires? Lo hace horas después, cuando yo ya no estoy. Color de cielo otro, lluvia ajena, luz que mi infancia no conoce.

Las voces del rocío se parecen a las voces del rocío. Una pequeña lengua lame y las diferencias, las distancia. Mi rocío del sur o cabellera o cristalina madrugada sobre los pechos del combate. No rocía lo mismo sobre el Mercado Común Europeo, el más común de los mercados.

Todos los hombres son humanos y lo que cabe en mí, debería caber en los demás. Y viceversa, porque todos los hombres son humanos. Quepámonos, humanos. Que quepa en mí el extraño mundo alrededor, sus egoísmos justificados, su decencia a parquímetro, su honradez de consumo, su fino individualismo brutal, su amor triste, la suciedad de sus higienes. Apenas tengo de ofrecerle los rayos de luz que iluminaban el combate por la dicha, las generosidades de la muerte, es decir, de la vida, los estallidos de la dicha, esta derrota por ahora.

Revolvamos la tierra con las manitas juntas. A lo mejor crece una planta de dos rostros, que necesita agua de los dos, y mira dos distancias a partir de la misma soledad. Así estaremos juntos, verdaderamente.

 Yo no me voy a avergonzar de mis tristezas, mis nostalgias. Extraño la callecita donde mataron a mi perro, y yo lloré junto a su muerte, y estoy pegado al empedrado con sangre donde mi perro se murió, existo todavía a partir de eso, existo de eso, soy eso, a nadie pediré permiso para tener nostalgia de eso.


¿Acaso soy otra cosa? Vinieron dictaduras militares, gobiernos civiles y nuevas dictaduras militares, me quitaron los libros, el pan, el hijo, desesperaron a mi madre, me echaron del país, asesinaron a mis hermanitos, a mis compañeros los torturaron, deshicieron, los rompieron. Ninguno me sacó de la calle donde estoy llorando al lado de mi perro. ¿Qué dictadura militar podría hacerlo? ¿Y qué militar hijo de puta me sacará del gran amor de esos crepúsculos de mayo, donde la ave del ser se balancea ante la noche?

No era perfecto mi país antes del golpe militar. Pero era mi estar, las veces que temblé contra los muros del amor, las veces que fui niño, perro, hombre, las veces que quise, me quisieron. Ningún general le va a sacar nada de eso al país, a la derrita que regué con amor, poco o mucho, tierra que extraño y que me extraña, tierra que nada militar podrá enturbiarme o enturbiar.

Es justo que la extrañe. Porque siempre nos quisimos así: ella pidiendo más de mí, yo de ella, dolidos ambos del dolor que el uno al otro hacía, y fuertes del amor que nos tenemos.

Te amo, patria y me amas. En ese amor quemamos imperfecciones, vidas.

Roma - 9 de mayo de 1980.-

viernes, 5 de abril de 2024

Amarte es esto...

 Amarte es esto (Juan Gelman)

amarte es esto:
una palabra que está por decir/
un arbolito sin hojas
que da sombra/
 
amarti es istu:
un aula qui va a dizer/
un arvulicu sin folyas
qui da solombra/



viernes, 30 de diciembre de 2022

30122022 Juan Gelman - La belleza de todo lo creado

 

Juan Gelman y César Strocio

Voz: Juan Gelman
Bandoneón: César Strocio





LA BELLEZA DE TODO LO CREADO

sin prisión/ ni reglamento aprendido/
vaga mi alma/echa más chispas que/
tía adelaida cuando hacía sus negocios con dios/
le daba unciones y subidos silencios
a cambio de la salvación de tío luis/
tía adelaida tenía polleras muy afligidas
con la soledad de sábanas de ella/
se podía hacer un montón de lunas
pero la tía/vivía preocupada por lo que iba a venir

temía que al entregar su alma a la huesuda
ya no iba a ver al tío/oloroso/
como humo que sale del incienso
o así lo recordaba ella
en sus polleras jóvenes/y sábanas
donde los dos en amor y delicada sustancia/
ayuntaron el cuerpo haciendo otro país/
bello/con animales que les pacían el vientre
la yerba de dulzura que les crecía en el vientre
después del amor y antes del amor
su presente estaba lleno de gracia

con una cara miraba las dichas del pasado
con la otra esperaba dichoso el porvenir
tía adelaida me recuerda al coronel Santos López
que peleó con Sandino
fue derrotado/sobrevivió/
pasó treinta años limpiando su fusil
con los trapitos de la memoria
y lo volvió a sacar cuando vino
Carlos/Fonseca/Amador/
el que no usó su nombre en vano
cuando vinieron Tomás Borge, Silvio Mayorga,
el Kuge, Germán Pomares, los del Frente/

y se vio al compañero Santos López en medio del combate
silbando delgadamente como dos que se encuentran por fin
porque cada cual lleva en su vaso el agua que ha de beber
pero en el vaso del compañero Santos López cabía un mar
y después otro mar y un amor y otro amor después
y un alma y otra alma y una eternidad
y otra/otras/y él supo como la eternidad de la espera
se convierte en la espera de la victoria
que ni siquiera la victoria es eterna
que lo único eterno era tía Adelaida

ella llevaba sus negocios con dios/como un carbón encendido
se levantaba a las cinco/avivaba las brasas
ponía a hervir su corazón y así/
empezaba el día/cada día.







lunes, 21 de mayo de 2018

220522018 El ciempiés y la araña


El ciempiés y la araña.-



Había una vez un día como cualquier día.

Una araña esperaba sentada al borde del camino más oscuro del bosque.

Se rascaba la cabeza, pensativa.

Al ver que venía el ciempiés, la araña se puso de pie y se le acercó muy respetuosa.

-Señor ciempiés- le dijo -¿puedo recurrir a su gentileza para hacerle una pregunta?

El ciempiés se detuvo, la miró con un asombro que pasó rápidamente a compasión, a lástima. Le hablaba algo que tenía noveinta y dos patas menos que él.

-Pregunta, pregunta- respondió.

-¿Cómo hace usted para caminar, señor ciempiés? ¿Adelanta primero las cincuenta patas de la derecha y después las cincuenta de la izquierda? ¿O veinte y veinte? ¿O diez y diez? ¿O una y una?-

Hubo un largo silencio y la araña se fue. Entonces el ciempiés se puso a pensar cómo caminaba.

Y no caminó nunca más.

lunes, 17 de abril de 2017

17042017 Himno de la victoria (en ciertas circunstancias)

Jorge Alastra
Voz: Juan Gelman
Música: Hacia el Ayuí - Jorge Alastra



Himno de la victoria (en ciertas circunstancias)

en madrugada en pleno su esplendor
quién sino yo como ginebras destruyendo a sus víctimas amadas
para dar luz a la indecisa claridad de sus mesas
quién sino yo con papelitos lujosas descripciones hechas para callar
o la palabra mesa las mentiras
los metros de mentiras para vestir los codos del borracho
los sastres están tristes pero se cose y canta
se miente en cantidad hermanos míos resulta bella la fealdad
amorosas las pústulas gran dignidad la infamia
al pájaro al cantor al distraído le han crecido reptiles
con asombro contempla su gran barbaridad
hurrah por fin ninguno es inocente
caballeros brindemos las vírgenes no virgan
los obispos no obispan los funcionarios no funcionan
todo lo que se pudre en ternura dará
miro mi corazón hinchado de desgracias
tanto lugar como tendría para las bellas aventuras.


de "En abierta oscuridad", México, Ediciones Siglo XXI, 1993.


lunes, 3 de febrero de 2014

03022014 Pensamientos (sobre el Comandante Guevara)


Voz: Juan Gelman
Voz Ernesto Ché Guevara (frag. discurso pronunciado en la Universidad de la República Oriental del Uruguay el 17 de agosto de 1967)
Audio: Editorial América Profunda



pensamientos
(octubre 1967)

soy de un país donde se llora por el Che
o en todo caso se canta por el Che
y algunos están contentos con su muerte
vieron? dice
estaba equivocado, la cosa no es así, dice
y cómo carajo será la cosa no lo dice, no?
prefieren recitar viejos versículos
ó indicar señalar aconsejar
mientras los demás callan, 
miran al aire con los ojos perdidos (texto completo: aquí)

jueves, 16 de enero de 2014

El bueno de Gelman (al que ahora... le crecieron alas)

Juan Gelman 
(Buenos Aires, 3 de mayo 1930 - México, D.F., 14 de enero 2014)

Ahora entiendo esta llovizna mansa que cae sobre la sierra de Madrid.
Ahora entiendo este silencio de pájaros cansados.
Se nos murió el bueno de Gelman.
Se nos murió el tío Juan.

El almita se inunda de planetas al Sur y los ojos, se nos llenan de niños con olor a mandarina.
Allá andarás ahora, viejo y querido Juan, abrazando a los 30.000 Compañeros y Compañeras almas que un día fueron vida y hoy, se refugian en tu palabra, como lo seguiremos haciendo nosotros.

Gracias por todo Compañero, que no es más que otra forma de decir Juan Gelman.
O mejor dicho... el bueno de Juan.

Tío Juan, vos no te moriste.
Lo que pasa, es que te crecieron alas y aprendiste a volar!
Y yo, te hago adiós con la manito.

Gabriel Tuya (el Gato)
14/01/2014
(en algún lugar perdido de la sierra de Madrid)



jueves, 6 de diciembre de 2012

06122012 Ruiseñores de nuevo.

César Stroscio y Juan Gelman

voz: Juan Gelman
música: César Stroscio


 Ruiseñores de nuevo.

en el gran cielo de la poesía/
mejor dicho/
en la tierra o mundo de la poesía que incluye cielos/astros dioses/mortales
está cantando el ruiseñor de Keats/
siempre/
pasa Rimbaud empuñando sus 17 años como la llama de amor viva de San Juan/
a la Teresa se le dobla el dolor y su caballo triza el polvo enamorado de Francisco de
Quevedo y Villegas/
el dulce Garcilaso arde en los infiernos de John Donne/
de César Vallejo caen caminos para que los
pies de la poesía caminen/ pies que pisan callados como un burrito andino/
Baudelaire baja un albatros de su reino celeste/
con el frac del albatros Mallarmé va a la fiesta de la nada posible/
suena el violín de Verlaine en la fiesta de la nada posible/
recuerda que la sangre es posible en medio de la nada/
que Girondo liublimará perrinunca lamora/
y girarán los barquitos de Tuñón contra el metal de espanto que obusó a Apollinaire/
oh Lou que desamaste la eternidad de viaje/
el palacio del exceso donde entró la sabiduría de Blake/
el Paco Urondo que forraba en lamé la felicidad para evitarle fríos de la época/
Roque Dalton que trepaba por el palo mayor de su alma y gritaba “Revolución”
y veía la Revolución y la Revolución era la sola tierra firme que veía/
y Javier Heraud que fue a parar tiernísimo a la selva/
y abrió la selva de la boca con su torrente claro/
y el padre Darío que a los yanquis dijo no/
como Sandino dijo no/
y el frente amplio de la poesía y de la guerra les volvió a decir no/
y Nicaragua brilla en su ejercicio de amar/
Martí yendo y viniendo por el aire con los muertos queridos que vió volar como una
rosa blanca/
¿no ves a mis compañeros volar por el aire ochenta años después?/
¿estás despierto para que sigamos diciendo no?/
¿los muertos se ponen pálidos como magdalena cuando amasaba sus panes con más
lágrimas que harina?/
¿hasta que venga el día?/ ¿día en que toda América Latina subirá lentamente?/
¿amorosamente?/¿navegando como hacen mis planetas del sur?/
ahora canta el ruiseñor del griego al fondo de los siglos/
pasa Walt Whitman con el ruiseñor al hombro cantando en Paumanok/
pasa el comandante Guevara a hombros del ruiseñor/
pasa el ruiseñor que se alejó de la vida callado como burrito andino
en representación de los que caen por la vida/
pasa la luna de rosados dedos/
pasa Safo abrigando al ruiseñor
que canta/canta/canta/

sábado, 6 de agosto de 2011

06082011 Lamento por las hierbas de Jack Hammerstein


Voz: Juan Gelman
Música: "It's not for you" por Bob Dylan


Lamento por las hierbas de Jack Hammerstein

“salud salud” decía jack hammerstein
se la pasaba saludando a:
todos a todos a todos
aunque lloraran ensuciando el mantel
aunque tuvieran leonas bravas

“afuera negra desventura afuera afuera” decía
entrando a cada casa y espantándola con la mano
como si las desgracias fuesen moscas o mosquitos o insectos
y miel la gente en su esplendor

“afuera muerte grima dolor peste o barbaridá de la tristeza”
decía jack hammerstein limpiando esos polvos
o arrancaba la yerba ya vieja crecida
sobre ternuras sobre zapatitos de seda que no hacen ruido en el amor

así jack hammerstein de color amarillo
como si se pasara las noches entre claveles o alelí
en realidad tenía una amada
que se bañaba en agua clara

en realidad tenía una niña/que se bañaba en agua fría
y le crecían suavidades
“qué lindo pelo tienes” le decía jack hammerstein
“qué linda frente ojos boca pechos tienes” le decía jack hammerstein
“qué lindo pie chiquito río de mármol”

“oh muerte que a todos convidás” dijo jack hammerstein ahí
la amada estaba bella bella
y sobre ella crecía yerba esta vez
dando color olor y sombra

al pie se acostó jack hammerstein para mirarla subir
“afuera desventura afuera afuera” decía
y la espantaba con la mano
“afuera muerte grima dolor peste o barbaridá de la tristeza” decía
a los traidores bichos negros que le comían corazón

“salud salud” decía jack hammerstein
no lo pudrió la pena ni la furia
se la pasaba saludando a todos y aún arrancándoles la yerba
pero a su amada no o la miraba subir
desde la mesma muerte

(De Los Poemas de Sidney West)

viernes, 5 de agosto de 2011

05082011 Lamento por las flores de David Burnham


Voz: Juan Gelman
Música: "Woo'll stop the rain" por Creedence Clearwater Revival


Lamento por las flores de David Burnham

flores de miel flores de piel flores
calientes salían de david burnham
quieto en el aire frío lunar
sin remedio sin adioses sin Dios

¡ah david burnham!
su clavícula clavada en el cosmos era la que más florecía
extrañas vidas daba para la época
en que la gente era infeliz

y preguntaba ¿cómo era el niño david en la clase de inglés?
nunca se supo cómo era
por eso está quieto entre fulgores
su cabeza se la come la luz

david burnham amó este final
no quiso a la tierra ni al agua
como cantaba al disolverse
inclinado hacia el sol

que le tapó las manos los ojos los pies
cuidándolo como a palomo ciego
en tanto cae la noche padre y madre
como oso silencioso

las cuatro caras del dolor se apagaron
para david burnham navegando o ardiendo todavía
dulce dulce
detrás del espectáculo

así terminó david burnham se le caía un polvo fino
como jazmín donde avanza la noche
aplasta y se perfuma
¡ah solo en el espacio!

(De "Los poemas de Sidney West)
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lunes, 1 de agosto de 2011

010811 Lamento por la nuca de Tom Steward


Voz: Juan Gelman
Música: "Dylaniana" (Víctor Cunha/E. Darnauchans) por Eduardo Darnauchans


Lamento por la nuca de Tom Steward

el día que tom steward alzó vuelo montado en su furia
fue realmente memorable:
el sol no se detuvo la tierra no dejó de girar
la máquina celeste siguió trabajando

pero él volaba él
dejaba atrás paisajes continentes
con las manos mojadas de viento
¡oh tom steward!

¡oh tom y steward volador!
tomo la lira y empezó a cantar entre nubes
o ángeles y demonios de Dios atraídos
por los vapores negros que le salían de la boca

“caballos” cantaba “caballos depravacos
cerebelentes áspimos taquerres” cantaba tom steward
y en sólo un arco de volar quemaba
camísculas herpentes

¡qué páramos con un hombre solito había en su voz!
tom steward se detuvo en el aire vio su nuca
y dio vueltas y vueltas aterrizando al fin
en el revés de sus días y vio:

a un hombre que volaba
al sol salir a ala tierra girar
la máquina celeste trabajar
a tom steward convertido en tom steward y triste

no voló nunca más en su vida pero
no le pudieron arrancar
el pedazo de viento entre sus piernas
lleno de guerras cábalas eneros

a media hora de enterrarlo en consecuencia
salió volando del cementerio de Oak
hizo un arco furioso sobre el silencio vecinal
en el lugar de su tumba no hay flores
crecen silbidos caballos crecen.

(De "Los Poemas de Sidney West")

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